domingo, 29 de junio de 2008

EPÍLOGO PARA COMENZAR

Esa es la sensación que tengo. Acaban las pruebas, los experimentos protegidos, las exigencias crecientes. Queda la aventura; no tengo ni idea de como se debieron sentir los exploradores de las tierras lejanas, los que con su armadura y sus caballos se adentraron en lo desconocido. No creo que me pueda comparar, ellos ni tenían mapas, ni sendas, ni marcas en el camino, la mayoría de las veces ni camino. Yo iré con mis protecciones, con mi caballo de metal, con mi regreso asegurado. Y sin embargo, siento el nervio de la aventura, aunque se que en esto no me va la vida ni la fortuna, ni mucho menos.
Gracias a todos los que me han aconsejado, los que me han animado, los que desearían pero no pueden venir (allá ustedes), los que me miran y se callan un ‘allá tú, yo ni loco’, los que me contaron su experiencia, a los que insistieron en que haga todo antes del mediodía, a los que me desearon suerte. A todos gracias. No se si podré poner algo en este blog durante los próximos veinte días que calculo que estaré por ahí, pero pienso volver para castigarles con mi visión de esta aventura (si no se puede en el blog será en el bloc), espero que satisfecho y con algo que almacenar en mi haber de cosas que he hecho casi por mi mismo.

lunes, 2 de junio de 2008

¿CUÁNTO VIAJABA SAN AGUSTÍN?


Se atribuye a San Agustín una célebre cita que dice algo así: “El mundo es un libro y quienes no viajan leen solo la primera página”. Es bastante profunda. A ver. Por donde empiezo. Resulta que el mundo ya no es un pañuelo, ahora es un libro, habrá sufrido alguna metamorfosis, seguro. En realidad, es mejor que sea un libro que un pañuelo; duro destino el de ambos papeles, pero más honorable el del libro, más propenso a envejecer amarilleando en alguna biblioteca con una cierta dosis de dignidad y una efervescente colonia de ácaros. No describiré el destino de un pañuelo por ser un objeto, en los tiempos que corren, más popular que el libro, aunque de vida más efímera.

Paseando por la montaña de Gayo, en la niebla
Y todo esto a cuenta de qué. Pues resulta que va Iberia, aérea y etérea compañía de aviación y me informa que transportar una simple bicicleta en sus aviones se considerará equipaje excesivo y especial (en el mismo grupo que las armas deportivas y los equipos de submarinismo). Y que cobrará 150 €, mida lo que mida, pese lo que pese y vaya a donde vaya. De esto me entero por la mañana, vía teléfono, ya que Iberia ya no considera Lanzarote una isla digna en la que mantener una oficina, ni siquiera en el aeropuerto. Leo cosas al respecto, sobre todo quejas de federaciones de ciclismo, clubs ciclistas y demás. Por la noche, consulto la web de Iberia, y descubro que hoy mismo han bajado la tarifa a 75€. Aunque sigue siendo bastante caro, en comparación con la competencia, esto es otra cosa, bastante más asumible. Y me pregunto: ¿será que la diferencia entre un servicio que cuesta 150€ y otro que, siendo exactamente el mismo, cuesta la mitad, es la misma que entre un libro y un pañuelo, cuestión de dignidad? Se ve que el Camino de Santiago no es considerado siempre un camino místico y cultural. Algunos ven más allá.
Más fotos en http://picasaweb.google.com/jtavleo/GAYO
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