miércoles, 23 de julio de 2008

EL FINAL DE ESTE VIAJE

En esta segunda parte muestro imágenes del camino tomadas por mí, a partir de Palencia y hasta llegar a Santiago. Ya más relajado y con menos roturas, tomé más fotos de sitios y paisajes que fueron cambiando gradualmente. De la monótona y plana postal de la palentina Tierra de Campos al rizado rompe piernas de Lugo y A Coruña, donde el aire es húmedo, a menudo se serpentea por “corredoiras”, pasadizos en el monte que compartimos con el ganado. De lo que dan fe evidentes muestras visuales y “aromáticas”. Poco a poco, a medida que nos acercamos al final, la mente se va volviendo más optimista. La comarca del Bierzo, en León, es muy agradecida para la vista, aunque duela algo en las piernas la subida a la Cruz de Ferro y, sobre todo, las duras rampas de ascenso al puerto de Cebreiro, entrada del Camino en Galicia. Todo se fue superando con mucho buen humor y magníficos súper desayunos, gastados luego a golpe de pedal entre las llanuras palentinas y los montañosos tramos de León y Galicia. La experiencia cultural, deportiva y de contacto con la naturaleza es muy agradable, la mística la desconocemos, no era tampoco nuestra intención recorrer ese camino. Por eso, supongo que tenemos una Compostela de segunda, no la que dan en latín a los peregrinos que declaran motivos religiosos; en fin, con la iglesia topamos supongo. De todas formas, lo que valoramos mucho son nuestras credenciales de peregrino, que fueron creciendo con nosotros pueblo a pueblo, sello a sello a lo largo de la ruta, y que seguro mostraremos satisfechos a quien sea capaz de escuchar estas batallitas, de las que nos sentimos muy orgullosos.


Fotos en http://picasaweb.google.com/jtavleo/CAMINODESANTIAGO2

domingo, 20 de julio de 2008

EL CHINO Y YO CAMINO DE SANTIAGO

El día 13 de julio acabamos el camino en la Plaza de Obradoiro de Santiago de Compostela mi compañero de fatigas David El Chino y yo, sobre las 4 de la tarde. En total calculo unos ochocientos noventa kilómetros, teniendo en cuenta la cantidad de vueltas que dimos por diferentes sitios. Es difícil resumir estos doce días. Hemos vivido situaciones diferentes, siempre llevaderas, aunque algunas tensas como cuando rompí la bici un sábado a las 10 de la mañana, a 30 km de cualquier sitio habitado con capacidad de repararla. Pero todo se resolvió con paciencia, buen humor y mucho optimismo. Y en ello tuvo mucho que ver mi compañero de pedaleo, David, un tipo bastante mal acostumbrado, como él sabe muy bien. Recorrimos la red de hostales, pensiones y hoteles del Camino de Santiago, pocos albergues la verdad.

Nosotros creemos que los albergues abren demasiado temprano y cierran demasiado temprano. En cierta ocasión terminamos de pedalear a las 8:30 de la tarde. Una amable monjita, a la que interrumpimos una cena con el sol todavía arriba, nos informó que el albergue tenía plazas, pero que teníamos que acostarnos a las diez. A esa hora apenas nos habíamos duchado y estábamos cenando obviamente... en otro sitio. Nuestros biorritmos y los de los peregrinos de a pié no siempre coincidían; dice mi compañero que esto se debe a que nosotros somos bicigrinos y no peregrinos. Sea como sea, ha sido muy agradable pedalear con David. Gracias compañero, por compartir esta aventura conmigo.

Fotos en http://picasaweb.google.com/jtavleo/CaminoDeSantiago1